Donymisa curiosa abrió el cajón de la mesita de noche de papa y volvió a coger entre sus manitas de tres años aquella colección de encendedores que tanto le atraían.. Dupont, tan dorados y brillantes, encendió uno de ellos y vio un paquete de clínex y sin vacilar tomo uno y le prendió fuego.. que maravilla!!!... Ese juego de colores: rojo, amarillo, naranja.... pero el papel se consumía y cuando ya no pudo aguantar más, lo tiró, cayendo encima del edredón de plumas… justo en el centro de la cama de sus papas… De pronto se alzó una gran llamarada, primero se quedó asombrada y maravillada viendo el baile de las llamas.. pero enseguida reaccionó y cogió un vaso entre sus manitas y lo lleno de agua en el lavabo, menos mal que era suite, oh!!!... se lo echó a la cama de sus padres apagando esa bellísima danza de colores… Se asustó pues una vez tirado esa agua el olor que desprendía y el agujero que dejó ya no tenía atractivo… disgustada se fue a su cama y se durmió…
La despertaron con una buena riña y el primer azote en su pequeño culete… donymisa se enfadó, pues no entendía, había logrado apagar el fuego…
Donymisa nunca entendió porque le culparon, pues la culpa no era de ella, sino de sus padre, adultos, que ponían peligro al alcance de una niña sola en su casa y con tres años….
